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Estética del Cine y Teorías Audiovisuales

Hoy, más que nunca, vivimos en el “imperio de las imágenes”. Ellas modelan nuestro imaginario y trazan los límites de nuestra subjetividad, pero sobre todo, hacen ver (el mundo). Constituyen el régimen escópico que, desde la modernidad, anuda la visión al saber y al poder como estrategia de control social. Por ello, es preciso comprender que las imágenes que producimos, las formas en que las percibimos y el sentido que circula en ellas no son evidentes. Estos “modos de ver”, son un constructo social y cultural que devela la profunda historicidad de las prácticas audiovisuales. Ya no es la imagen la que representa el mundo sino el mundo el que se ha vuelto imagen. Todo el problema del iconismo, y sus derivas filosóficas, semiológicas y estéticas, es un intento por comprender esta potencia reificadora. 

Por ello, el cine constituye un objeto paradigmático para indagar las articulaciones entre los procesos de modernización capitalista y los fenómenos artísticos. Su advenimiento como ‘arte industrial’, en el epicentro de la cultura moderna, traza un ámbito de confluencia de las fuerzas antagónicas que delinearon el mapa de la modernidad. Desde entonces, la nueva capacidad técnica para producir, difundir y vender objetos culturales públicos masivos produjo una redefinición de las categorías de espacio y tiempo, y con ello, una transformación de los modelos de percepción que regulan nuestra experiencia sensible. Hay que considerar también que las tecnologías audiovisuales modificaron, junto con las condiciones materiales de los creadores, las categorías estéticas que conformaron el régimen de identificación y de elucidación del arte, al menos desde el surgimiento de la Estética a partir del siglo XVII.

En este contexto, el estudio de la dimensión estética del cine, remite al problema general del ʻsentidoʼ del arte en el capitalismo en un contexto cultural dominado por la utilización a escala global de las tecnologías de producción y reproducción de imágenes. La consolidación de este modelo económico facilitó una expansión sin precedentes de los mecanismos de control y de los estándares culturales dominantes. Paradójicamente también favoreció la aparición de estrategias artísticas de resistencia y de prácticas socio-culturales contra hegemónicas generadas en el interior de la cultura altamente tecnificada.

La propuesta del programa de estudios considera muy especialmente la importancia de la articulación entre los fenómenos artísticos y culturales, la reflexión teórica, los descubrimientos científicos, el desarrollo tecnológico y las prácticas sociales como punto de partida ineludible para comprender el impacto del cine en la configuración del mundo contemporáneo. Estudiar la dimensión estética (y política) del lenguaje cinematográfico requiere conocer el régimen de identificación que lo hace posible y el modelo de percepción y de pensamiento a partir del cual distinguir sus estrategias discursivas y expresivas. A su vez, la especulación teórica debe probar su operatividad en el análisis de los objetos particulares que constituyen el campo cinematográfico (no hay –o no debería haber- teoría estética que sea puramente especulativa, ni puede plantearse una definición del arte que no sea a su vez relativa a un momento histórico).

En este sentido, la perspectiva propuesta intenta exceder los límites de la disciplina y pensar la Estética del Cine como una Teoría de la Cultura Contemporánea, cuyos alcances repercuten en la redefinición de los problemas estéticos y de las prácticas artísticas en general. Dicha consideración se vuelve posible y necesaria porque el cine aparece ʻinvestidoʼ de una capacidad singular para ʻrefigurarʼ el tiempo histórico, capacidad que enlaza un momento de creación con una elucidación crítica de los dispositivos de reproducción del orden social. Comprender las imágenes técnicas es comprender la lógica inmanente de la episteme contemporánea; ellas modelan nuestro imaginario subjetivo y social, inscriben los síntomas silenciados de la cultura y hacen ver el inconsciente del tiempo. Así, el dispositivo de visión cinematográfico constituye la figura epistemológica que actualiza la inteligibilidad histórica y política de la Sociedad del Espectáculo y, a la vez, prefigura sus posibles derivas y pliegues en las nuevas tecnologías digitales y de comunicación.

Profesor titular
Docente a cargo
Jefe de trabajos prácticos
Ayudante de primera
Cuatrimestre
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